¡Adiós al dolor de mandíbula!

Si un día después de tantas preocupaciones, problemas que resolver y hasta sufrir de insomnio, te levantas también con un aparente dolor de muelas que no se te quita te tomes lo que te tomes; y no sabes si son esas muelas de juicio que no te sacaste en su día y que ahora te están fastidiando, tranquilízate, lo más probable es que tus niveles de estrés hayan afectado tu Articulación Temporo Mandibular, es decir, se te ha inflamado la mandíbula.

Ese desayuno con tu pan tostado ya no lo puedes ni ver, tampoco te puedes reír ni bostezar, ni comer una manzana porque pareciera que la mandíbula se te va a dislocar y así pasan unos días hasta que decides ir al dentista para descartar que el dolor provenga de algún problema con tus muelas. Te sometes a la revisión y al final te dice “Tu dentadura está perfecta”, te toca a los lados, te quejas y entonces agrega “Tienes problemas con la articulación temporo Mandibular” y ahí es cuando te quedas  literalmente con la boca abierta y preguntas  ¿Mi articulación qué? Lo siento, pero ¿me lo puede explicar en un lenguaje que yo lo entienda, por favor? Y con una sonrisa de sabelotodo te responde… “Tienes inflamada la mandíbula”.

El dolor de mandíbula es algo que  nos puede llegar a afectar a todos en cualquier momento de nuestras vidas.  Normalmente la inflamación es causa del estrés que hace que apretemos los dientes mientras dormimos, son tantas las preocupaciones que podemos tener que no nos fijamos en que estamos pagando nuestros problemas con nosotros mismos.

No nos damos cuenta de que cuando mantenemos los dientes en contacto los desgastamos, podemos estar sentados en una silla contemplando el paisaje pero con la mente en los problemas y tampoco  nos fijamos en que esta presión ejercida sobre nuestra dentadura, la hacemos con la ayuda de la mandíbula que es la que en este caso se lleva el premio mayor.

La zona encerrada en el círculo es la Articulación Temporo Mandibular que se inflama y causa el dolor.

 

Los siguientes consejos me los dio mi dentista y he decidido compartirlo con vosotros ya que obtuve muy buenos resultados a los pocos días.

Dieta blanda:

  1. Durante la fase inicial del tratamiento, hacer una dieta blanda a base de huevos, carne de hamburguesas, sopa, etc.
  2. Los alimentos deben ser cortados en trozos pequeños para no abrir mucho la boca.
  3. No comer alimentos duros como vegetales crudos, pan y otros alimentos que no hayan sido hervidos previamente, así como tampoco se deben comer alimentos que requieran una especial masticación.
  4. No comer chicles ni caramelos masticables.
  5. Nunca morder ni romper alimentos con los dientes anteriores. (Bocadillos con pan de viena, turrones, etc).

Calor húmedo:

  1. El calor húmedo se aplica alrededor del área o zona del dolor o músculo hasta que el calor desaparece.
  2. Empapar con abundante agua caliente dos toallas, aplicar una en la cara hasta que el calor húmedo se reduzca y seguidamente aplicar la segunda toalla.
  3. Deberá poner cada aplicación durante 20 minutos como mínimo y repetir si es posible a cada 8 horas.
  4. Si el calor empeora el dolor, darse un masaje con hielo en la zona afectada, suspender el calor y consultar al médico.

Reposo:

  1. Una de las cosas más importante durante el tratamiento es el reposo de la mandíbula, de los músculos y de la articulación.
  2. No se debe hablar mucho porque los músculos deben estar relajados.
  3. Dormir es extremadamente importante, en estos procesos debe ser relajante.
  4. Suprimir los estímulos que afectan al sueño, como el alcohol, tabaco, etc.
  5. Dormir boca arriba y colocar la almohada de forma que mantenga en situación recta la cabeza y el cuerpo.
  6. Mantener siempre una postura correcta en la vida diaria, al hablar por teléfono, al trabajar, al leer, etc. No apretar ni rechinar los dientes.

 

Posición de reposo:

NUNCA TENER LOS DIENTES EN CONTACTO

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